No, no era la persona idónea, ni la que yo conocía.
Pero, ¿y qué?
De acuerdo... Se hacía pasar con quién no era...
La razón, nunca quiso decírmela, y sus motivos tendría.
Ella, era él. Aún no lo entendía.
¿Por qué me había mentido? Y lo peor, ¿por qué sentía que me gustaba?

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