domingo, 20 de febrero de 2011

Cómo un pájaro vuela por lo alto de las montañas.


Te diré algo muy doloroso pero necesario para crecer:

En la adolescencia descubres con toda su crudeza que tus padres no son unos dioses omnipotentes, sino tan sólo seres humanos un poco mejor que tú.
Hmmm, y entonces, si tus padres no son dioses...
¿Quién te protegerá de este mundo tan horrible?
¿Quién podrá defenderte?

¡Hay tanta gente llorando por el paraíso perdido!
Es la nostalgia por el tesoro infantil.
La irresponsabilidad propia cubierta y amortiguada,
porque tus padres responden por tí.
Sin embargo, la vida es imparable, y desde lo más profundo del alma hace nacer un deseo.
Es el deseo de libertad.
La rebeldía adolescente es la peculiar manera para lanzar un grito existencial: "¡Quiero ser libre para vivir mi vida!"

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