Jamás le había dicho a nadie que le necesitaba. No me iba a salir. Son palabras tabú, que se te cruzan antes de salir, parece que no puedes pronunciarlas y que cuando las pronuncias prácticamente no se escuchan. Te quiero. Te quiero. Te quiero. Te quiero. Pensaba. Pero si es fácil, si solo son dos palabras. Tú dices: té de té, y después quiero. Como si dijeras quiero té. Pero al revés: Té quiero. Si, así resultaría más sencillo. Joder. ¿Que era eso que sentía en el estómago? Eso no eran mariposas, eso por lo menos eran abejas asesinas.
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