martes, 9 de agosto de 2011

- El puente de mis sueños.

Era algo parecido como...
Como andar sobre un puente.
Un puente mugriento y putrefacto.
Tenía que anda con cautela, con cuidado, con calma, con dulzura, con dolor, con aprecio con sonrisas y llantos... Tenía que llegar al final, poder conseguir mi propósito.
Pero para ello, tenía que que cruzar el puente...

El lúgrube puente de mis sueños.
No, no es un bonito símil. Es una maldita realidad.
 

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