- ¿Recuerdas cuando decía que te quería?
~ Sí, por supuesto, como olvidarlo.
- Pues era verdad. Es verdad.
Indiscutible batalla entre la razón y el corazón, cual batalla entre mi peine y mi pelo por las mañanas. Jajajaja
Debería pensar eso. Cuestionarlo.
Verdaderamente, yo le quería, demasiado, estremecía de locura. Tan corta edad, y contando tales batallas...
El caso está en que no debería decir que le quiero, que le necesito, que quiero estar junto a él, que es especial, que es el mayor cabrón que he conocido, que es un niñat con voz aniñada y, a veces, varonil, que no me lo merezco, que es un maldito pederasta, que... ¡que te quiero, joder!
Gasté mis últimas palabras, hasta desvanecer.
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