lunes, 13 de junio de 2011

- Hazme un hueco en tu armario.

Mis padres me llamaron por la noche, y me dijeron que no podrían volver hasta dentro de una semana; a mi madre le dieron un gran trabajo en una empresa importante, y tendría que viajar para hablar de negocios.
Empecé a pensar cómo Carol. Creo que tendría que aprovechar ahora que mis padres no estarían en casa para divertirme un poco sin nadie que me ponga reglas, ni que me mande para hacer las tareas de la casa.
Por la mañana, bastante temprano, escuché el ruido de la puerta de abajo y me asusté. No supe si bajar, o si quedarme arriba... aunque acabé bajando.
Cuando bajé, miré por toda la casa a ver si había alguien. Pero no vi a nadie.
Cuando subí de nuevo a mi habitación, vi un montoncito de ropa doblada encima de la cama.




- ¿Qué es esto...?
Vi una nota entre las sábanas. "Encuéntrame" ponía.
Fui buscando por todos lados; por el baño de arriba, dentro de la bañera, debajo de la cama... por todos lados. Hasta que miré dentro del armario. Ahí me lo encontré.
- ¡Te encontré! -grité cuando abrí las puertas del armario.
- Jo.
- ¿Qué significa ese montón de ropa encima de mi cama?
- Ayer te dije que hoy traería mis cosas, y que me vendría a vivir contigo. Y tú me dijiste que me harías un hueco en tu armario. Y aquí estoy.
- ¿Ibas en serio?
- Sí, claro que sí. Aunque por lo que veo, no me has dejado sitio en tu armario...
Me reí, y tumbé a Marcos en la cama. Me empezó a hacer cosquillas por todo el cuerpo, y cuando se puso encima mía le susurré que le quería cómo nunca había querido a nadie, y él me besó.


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