jueves, 1 de septiembre de 2011

- Roble

Fuimos a ese campo, uno cualquiera para los demás, pero no para mí. Habían insectos, flores, plantas.
Y estaba él. Conmigo. Juntos debajo de aquel enorme roble.
Cerré los ojos, por la ilusión del momento, y al volver a abrirlos todo ese paisaje había desaparecido. Era invierno. Yacía sola bajo aquel roble. Congelada... Sola y congelada.
Pero, me equivocaba en mi torpe pensamiento. No estaba sola. Estabas allí. Nunca me habías dejado.



Tú eras ese roble.

No hay comentarios:

Publicar un comentario