Si pasó, pasó. Si quiero mi espacio, quiero mi espacio. Si necesito tener mi intimidad, la tendré. Si digo que quiero blanco, dame negro. Si digo que te odio, es que te odio. Si digo que me dejes, déjame. Si digo que te vayas a la mierda, vete.

Y si tu jodida mentalidad no piensa en sí misma, nadie pensará por ella. Si tú no te quieres, nadie va a hacer ese trabajo por ti, nadie te va a querer.

- Lo exijo.

Y pido un brindis.

Mentira, exijo un brindis por esos momentos en los que somos mierdas, y no, no literalmente.

Sino en los que somos mierdas de la sociedad. Esos momentos en los que no sabemos si volar hacia Júpiter, o caer en picado desde la Torre Eiffel. Esos momentos en los que quieres llorar para dar pena, pegar para hacer daño o chillar para dejar sordo. Esos momentos en los que te pasas tardes enteras contando cada mora de polvo, pelusa y mierda de tu cuarto. O directamente, de cada habitación de tu casa.

Pero sobretodo, exijo un brindis por esos abrazos, esos besos, esas amistades, esas mascotas, ese conductor enfadado que no te espera, ese abuelo que te da cinco euros a escondidas para comprarte chuches, esos zapatos llenos de barro por haber estado jugando en tierra mojada, esas heridas, moratones y chichones por hacer hacer el imbécil, esos bailes, esos piares de los pájaros al amanecer y esos cantares de los grillos al anochecer, esas estrellas que están en el cielo y no se ven por el exceso de luz, esos paseos con tu madre de la mano, en los que no quieres pararte con nadie, sino simplemente, ayudarla a comprar. Esas mierdas que hay en mitad de la acera que todos hemos pisado. Esos piques de niños pequeños en los que no saben de quién es la cera de color verde. Esos saludos a personas desconocidas por la ventanilla que haces cuando no sabes que hacer en un viaje en autobús o tren. Esa primera pareja a la que tanto querías. Esa persona que te hizo tilín por primera vez. Ese rechazo de otras personas. Ese olor a tierra mojada cuando llueve.
Ese...

Supongo que las expectativas nos inspiran, pero también nos decepcionan.
También supongo que no tengo la suficiente madurez para ser decepcionada aún.
Pero mantengo la expectativa de que algún día, tomaré la oportunidad en la horrible cara de la expectativa... y supongo, que valdrá la pena.

- Eres esa astuta puta.

"No eres lo que otros piensen de ti.
Eres lo que entregas y lo que callas."

No eres lo que quieren que seas. 

Eres lo que tú quieres ser.

No eres algo de usar y tirar.
Eres algo que querer y cuidar.

No eres lo que pretendes ser.
Eres lo que naciste siendo.

Empecé a quererte en el preciso momento en el que me llamaste para decirme que me dejabas.

Y daba igual las veces que se separaran, el tiempo que pasara...Daba igual lo mucho que intentaban olvidarse de que se conocían, porque cada vez que se volvían a encontrar, se volvían a enamorar perdidamente el uno del otro...
http://www.youtube.com/watch?v=_zDnTb0RTBI

Soy una firme creyente en el poder del cambio.
Pero hay una cosa que he aprendido, y
es la parte más difícil de seguir adelante: No mirar hacia atrás.

Cualquier vida no impora cuan larga y compleja sea,
está hecha por un momento en especial.
Ese momento en el que todo ser humano,
al fin,
se da cuenta de quién es.

Requieres de
alguien a la par
que te ame sin
prejuicios ni límites.

SIEMPRE DE LA MANO

La gente quiere enamorarse.
Pero yo no. No. Porque acaban dejándome o haciéndome daño.
Y no quiero ser como la gente...

Y del negro pasé al blanco.

Supongo que recordar no es malo, si los recuerdos no son malos.
Nunca olvidamos algo, simplemente queremos no recordarlo. Eso en parte, es algo estúpido cual cobarde, ya que nos hace débiles.

Y por ello me siento como una completa gilipollas...

Quiero conocerte.

Me gusta cuando me miras y cuando finges no hacerlo.

- Tan solo soy yo.
~ Y eso me basta, eres justamente lo que anhelaba querer.

Nunca olvides que te quiero.
No por tus logros, no por tu apariencia, no por lo que hagas...
Sino por una razón completamente diferente: Por lo que eres.
Supongo que eres una de esas personitas que se conocen sólo una vez, y son tan especiales que no importa cuanto tiempo pasas sin verlas, les sigues queriendo.
Nunca lo olvides.

Quiero que te levantes de esa puta cama y salgas a la calle porque el sol quiere verte.

                Quiérete.
                          Quiéreme.

- No es lo que pretendo.

Ni quiero tener el pelo perfeto, ni los dientes perfectos, ni los ojos perfectos, ni los labios perfectos, ni las manos perfectas, ni un culo perfecto, ni los picos de europa perfectos, en definitiva, no quieor un físico perfecto. Tampoco quiero tener una forma de ser perfecta, más que nada, porque terminaría odiándome.
Me gusto. Me gustan mis defectos ya que son los que me caracterizan.
Tal y como soy.

Es una de las mejores sensacines que he sentido.
Ese enchochamiento por un ser tan pequeño.

Y por eso, cada vez que hablo con él, me siento feliz. Cada vez que me habla diciéndome, pues eres tonta. Porque sabe que me voy a picar, pero no me voy a enfadar con él. Porque sabe que siempre estoy ahí cuando me llama, auque no me llame mucho. Ups, debería empezar por el principio, pero creo, que no sé cual es el principio.

Soy una inmadura, porque no sé afrontar mi mayor problema. 

Mi mayor problema, eres tú.

En tu jodida cara.

- Sentir antes de comprender.

- Cuestión de gustos.

Me gustan los cambios. Me gusta mucho el helado de chocolate. Me gustan los zombies. Me gusta que me quieran. Me gusta que me mimen, pero hasta cierto punto. Me gusta que me muerdan el cuello. Me gusta el color verde. Me gustan los tonos de piel morenos. Me gusta que me digan la verdad desde el principio. Me gusta que sean directos conmingo. Me gusta ver alguna vez que otra los dibujos animados. Me gusta que me den conversación. Me gusta cantar mientras me ducho. Me gusta toquetearme las uñas cuando estoy nerviosa. Me gusta el olor de la tierra mojada. Me gusta el frío. Me gusta escribir en pequeñas libretas mis observaciones sobre la gente. Me gusta expresar lo que siento. Me gustan las personas que me hacen reir. Me gustan las películas de acción, zombies o románticas. Me gusta que me hagan pensar sobre las cosas. Me gusta que me riñan si sé que he hecho algo mal. Me encantan las rimas. Me ilusionan los sms a las tantas de la noche. Me gusta llevar sudadera. Me gusta. Me encanta. Me ilusiona.


No me gusta hacer siempre las mismas cosas por mucho que me gusten, me aburren. No me gusta que se me moje el pelo. No me gusta que me soben. Odio que me pidan el tuenti personas que nadie me ha presentado. Odio a las personas chulas. No me gusta tener la regla. Me aburren las conversaciones típicas. No me gusta que me hagan daño. No me gusta llevar paraguas. Odio que me obliguen a hacer algo. Me aburre hacer lo que todo el mundo haga. Odio las modas. No me gustan las marcas. Odio que se metan conmigo por creer en algo. No me gusta estudiar. Odio que me engañen y se lo crean. No me gusta nada que me dejen por tonta. No me gusta el pescado ni las verduras. Odio. No me gusta. Me aburre.

- Preciado frío

Algo estaba cambiando, el tiempo era como las hormonas de una adolescente.

Ya llega otra vez todo lo de siempre, madrugar, ir al instituto, aguantar seis horas de clase, estudiar, volver a casa cansada, clases particulares de matemáticas. Salis sólo los viernes. Volver antes a casa.
Supongo que en ese curso conoceré a personas, y no sólo me refiero a "conocer" de no haberles visto nunca, sino a las propias personas con las que he estado siempre, conocerlas más.
Por las noches ya me arropo, hace fresquete. Me gusta el frío, ,e gusta ponerme en posición fetal y acurrucarme en mi sofá a ver la televisión, o por la noche para dormir. Al igual, que me gusta más ese baho que sale, al hace mucho frío, de la boca al soplar. Me gusta hacer como que fumo. Es divertido y sano.

Va llegando la hora de despedirse del buen tiempo, aunque bueno, quién sabe, tal y cómo está siendo este año, mejor no arriesgarse a guardar la manga corta aún.

Era como si alguien me cogiera del cuello y me apretara fuerte, muy fuerte. Sentía la necesidad de gritar, de llorar y de gritar mientras lloraba. Quizás llorar mientras gritaba.

Mientras pegaba a algo. Me temblaban las piernas. El corazón se me volvió loco, no era él mismo, estaba poseido. Me faltaba aire. Oxígeno. O2.
Era puro pánico, temor, miedo, ira y amor.
Como si un zombie te atrapara con sus dedos ensangrentados de tu propia sangre.
Y, mueres.

- Roble

Fuimos a ese campo, uno cualquiera para los demás, pero no para mí. Habían insectos, flores, plantas.
Y estaba él. Conmigo. Juntos debajo de aquel enorme roble.
Cerré los ojos, por la ilusión del momento, y al volver a abrirlos todo ese paisaje había desaparecido. Era invierno. Yacía sola bajo aquel roble. Congelada... Sola y congelada.
Pero, me equivocaba en mi torpe pensamiento. No estaba sola. Estabas allí. Nunca me habías dejado.

Tú eras ese roble.

- Si alguna vez decides rendirte, recuerda por lo que estas luchando.