Te brillaban los ojos tanto...
Decidí apartar mi mirada hacia un punto indefinido.
Me sentía a salvo contigo pero a la vez tenía miedo.
No entendía el por qué. Te quiero, es inevitable.
Me sentí extraña, como cuando vas a un lugar nuevo y todos te observan con la miraba intentando conocerte sin hablar contigo. Simplemente, quitarte toda la ropa con una mirada, mira con lupa mi cuerpo entero y luego, pasar a destripar otra persona.
No sentía eso cuando me mirabas. Me sentía agusto. Me sentía a salvo...
Como si con tu mirada consiguieras protegerme de cualquier cosa.
El miedo que sentía no era porque me miraras, al contrario, sino porque no quería que apartes nunca esa mirada dulce y sincera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario