Qué difícil es el amor

Algo de mí se ha ido con él.
Y no es algo físico.
Es más que eso.
Se ha llevado una parte de mí que yo misma le había dado.
Se ha llevado parte de mi alegría, parte de mis sentimientos, y parte de mí misma.
No he dejado de ser yo, pero me falta un poco de mí para serlo del todo.

Sé que tengo que ser feliz por él, y que él no me vea mal en ningún momento, pero, a veces, me cuesta mucho.
Todo lo estoy haciendo por él, porque quiero que sea feliz, y si ha elegido vivir esta experiencia solo, es decisión suya y tengo que respetarlo.
Pero es inevitable el sentirme triste.
Triste y sola.
Rodeada de personas, pero sola.

No puedo evitar tener miedo.
No me considero lo suficiente para él, y quizás nunca lo sea, y tengo miedo de que conozca a alguien que sí lo sea.
Tengo miedo de que se olvide de mí.
Tengo miedo de que pueda pensar que está mejor sin que nadie le moleste todo el día.
Y tengo miedo de hablarle por si se cansa de mí.

Debería estar contenta por él, y lo estoy. De cierta manera, lo estoy.
No puedo estarlo del todo, porque, algo dentro de mí no quería que se fuera.

Pero, siempre voy a apoyarle en sus decisiones aunque me duelan y me cuesten sobrellevarlas.

Qué difícil es estar enamorada.