Queridos reyes magos:
Este año me he portado muy bien, he sacado muy buenas notas.
Puede que los últimos meses del año hayan sido algo difíciles, y que sólo haya estado triste perdiéndome muchas oportunidades para recordar.
Pero he aprendido que sino me quiero yo, nadie va a quererme. Sino me aparecio yo, nadie va a apreciarme.
Muchas veces me he sentido triste porque me sentía sola. Me sentía abandonada. Sentía que no era importante, y que no valía la pena. Me sentía un lastre.
Ese fue mi error. El no valorarme yo la primera cuando sentía que los demás no me valoraban. Nadie va a actuar por mí como yo lo haría por él, y sé que eso siempre va a repercutir a sentir decepción tras decepción. Siempre he pensado que soy una buena persona, y que doy el 100% por los demás siempre. Al igual que he pensado que los demás por mí no. Y muchas veces es frustrante, sobretodo cuando estás pidiendo a gritos que necesitas un simple gesto de cariño, pero no recibes nada. Supongo que eso hace que la ilusión se vaya apagando, y es algo malo, porque la ilusión es uno de los motores que me mueve en el día a día.
Por eso, queridos reyes magos, este año no quiero nada material. No lo necesito. Este año quiero sentir ilusión. Quiero tiempo con las personas, quiero reírme, quiero sentirme importante y querida. Quiero millones de besos y abrazos. Quiero sorpresas. Quiero cosas más valiosas y que cuestan muchísimo más que una joya.
Me gustaría poder volver a ser feliz. A ser yo.
Sé que es algo difícil, y que probablemente no se cumpla como yo quiero. Pero, esto es lo que quiero este año.
Gracias reyes magos.